Este proyecto de cocina de 39 m² en negro y madera ha sido diseñado para una familia que buscaba un espacio amplio y fluido. La isla es el elemento central de esta estancia, proporcionando una amplia zona de trabajo y un punto de encuentro para todos los miembros de la familia. La combinación del negro y la madera, con las series LISSE y FINE, crea un ambiente acogedor y elegante, sin dejar de lado la integración de soluciones de almacenaje.
Una cocina pensada para la vida familiar

Los propietarios de esta vivienda, un matrimonio con tres hijos, querían una cocina que resultase funcional para su vida diaria. Para responder a esta petición, se diseñó una gran isla central, donde la familia pudiese reunirse cómodamente. Sus grandes dimensiones permiten utilizarla como zona de trabajo para preparar las comidas, mientras los más pequeños hacen sus deberes en la zona de barra.
El espacio se articula alrededor de la isla, favoreciendo así las interacciones familiares y garantizando una transición fluida entre las distintas zonas
Negro y madera: una combinación cálida y harmoniosa


Otro de los elementos clave en el diseño de esta cocina ha sido la combinación de los acabados en negro y en madera. La unión de estos colores ha permitido crear un ambiente cálido y acogedor, aportando profundidad y carácter al espacio.
Los frentes en laca Negro SM y en estratificado Nogal Tierra Vertical conforman una paleta de tonos que, además de ser elegante y sofisticada, conserva un estilo atemporal, adaptándose a cualquier ambiente.
Equilibrio entre estética y capacidad de almacenaje


Esta cocina destaca también por la integración de diferentes soluciones de almacenaje. Los propietarios deseaban un espacio que resultase estéticamente agradable, puesto que la cocina se abre al resto de la zona de día. Sin embargo, también necesitaban una gran cantidad de espacio de almacenamiento. La solución planteada consistió en la integración dos muebles escamoteables, columnas vitrina y módulos superponibles sobre las columnas, con el objetivo de explotar todo el espacio disponible hasta el techo y maximizar así la capacidad útil de la cocina.
Las vitrinas, con puertas en Vidrio Ahumado, resultan muy útiles para guardar la cristalería, vajilla y otros elementos decorativos, y también contribuyen a crear un espacio práctico y agradable, integrando la cocina en el salón. El objetivo era evitar la rigidez los muebles de cocina clásicos, logrando que el amueblamiento conecte de manera natural con el resto de la casa.


La isla central, además de acoger la zona de barra con taburetes, integra una gran cantidad de almacenamiento, con tres módulos de 90 cm de ancho y 70 cm de profundidad, equipados con gavetas extraíbles. Esta profundidad extra, en relación con el estándar de 50 cm, permite aumentar la capacidad de los muebles bajos, ofreciendo un espacio cómodo y accesible para guardar todo tipo de elementos.
Espacios abiertos y conectados

La arquitectura exterior de esta vivienda casa tiene un estilo clásico, pero el interior se ha reformado con elementos contemporáneos. Esta cocina abierta en negro y madera permite lograr un equilibrio entre lo clásico y lo contemporáneo, gracias a su diseño y sus materiales. El uso de la piedra natural en las encimeras, sumado a los grandes ventanales que conectan con el jardín, refuerzan aún más este vínculo con la naturaleza.

En definitiva, gracias a la cuidada selección de los materiales y acabados, un diseño funcional y soluciones de almacenamiento inteligentes, la cocina se ha transformado en el centro de este hogar familiar. Este proyecto muestra como la cocina puede convertirse en una estancia clave que permita cohesionar las diferentes zonas de día de una vivienda, integrando elementos de diseño que también ofrezcan prestaciones prácticas para el día a día.
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